martes, julio 11, 2006

XXX


Las estrellas palpitaban casi apagadas en sus ahora muy dilatadas pupilas, gotas rojas salpicadas aquí y allá, entre fragmentos de una vida estrellada por el vidrio opaco de la botella… parecían burlarse y reír de su absurda desgracia. Bastaba sólo un ligero movimiento de cabeza para percatarse de su figura tendida en aquel rincón, pero las sombras ajenas paseaban desatendidas como todos los días. Apartado por la demencia, carcomido por el frío, alienado por la sociedad, allí, en la infecta vereda oculta, yacía con los ojos clavados en la botella rota, que por mano ajena le quitara la vida.

1 Comments:

Blogger Fran said...

shuuuuuuuuuuu

entre estado de embriagues
y suelos sucseonantes de personas con ojos ausentes.

@_@

11:14 p. m.  

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